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Un crecimiento, ¿quizás?

Debe de ser difícil, después de conservarlo oculto bajo prendas que disimulan lo que la sociedad dice que no hay que exhibir, mostrarlo. Aunque aquella persona afortunada sea la elegida, y la exposición sea previamente consentida, ¿cómo disimular el pudor que causa aquel acto? Si, también observar el reflejo de tu cuerpo desnudo sobre el espejo también genera ese "no sé qué" mitad de disconformidad en cuanto a la figura, y quizás, la otra mitad promiscuidad. El querer y no poder, más bien no animarse. Los estándares de belleza, y la forma en que dicen que tenés que comportarte te reprimen, hasta llegado un punto en que no sabés qué más hacer con vos misma.

Estaba parada en el umbral de la puerta del baño, había ido a ponerme prendas que él me había ofrecido, me dijo que le gustaba así, de azul. Esperaba una crítica, una devolución, un comentario, quizás. Pero se limitó a hacer mutar de forma su cara, convirtiéndola en una sonrisa, pero sin mostrar los dientes. No sabía qué hacer más que estar allí, estática, mas me atreví a caminar lentamente hacia él, que estaba posado en los pies de la cama, todavía con ropa. Me senté sobre sus piernas y de mis labios salió un tímido beso que fue a parar a su cuello. Comenzó el típico besuqueo de película, y allí sucedió. Allí la perdí, cambié, crecí, me corrompí, resucité. Allí dejé de ser, en parte, yo.


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