Seguime

Afirmaban amarse ¡Qué ilusos! ¿Acaso alguien puede amar en estos tiempos? A pesar de la imposibilidad impuesta por nosotros mismos, ellos sí se amaban (o eso decían y demostraban, yo les creía) Era un magnífico pseudoeterno amor.
Se miraban sin tocarse (un acto ridículo), no pestañeaban porque no querían perder ni un minisegundo sin verse. Tenían la extraña obsesión de mirarse hasta que todos los sentidos se confundieran con la vista; podían oler con los ojos, palpar sus cuerpos a la distancia, sentir el sabor de la piel en las pupilas.

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