Él es todo lo que tengo, no veo a nadie más, le pertenezco, pero no me pertenece: tiene a otros. Sí, soledad me dicen a veces, cuando se cansan de llamarme con mi nombre. Una sola persona me conoce y ella sabe más de mí que cualquier otro, inclusive yo. No hay amor de la clase que te hace dibujar corazones por las paredes, ni mencionar su nombre a todos. No, nada de eso. Es más bien algo que cualquiera puede percibir, hasta en la forma de mirar.
Desde andenes enfrentados nos miramos, hasta que el tren llega, ¡Tiempo récord ésta vez! Nunca viene más rápido que cuando tengo el placer de observarte, qué honor aquél.
No hay comentarios:
Publicar un comentario