Seguime

Te amo, por si a caso.

Nunca le dije que lo quería, jamás. Creo que omitir las obviedades es lo mejor que se puede hacer siempre, ahorrar saliva y conservar las calorías que se podrían haber gastado en el acto de hablar. Es que, ¿por qué le diría a alguien que lo aprecio, cuando ya se da por hecho, cuando se expresa en acciones? Además, si es verdadero el afecto, no sería necesario recalcar con palabras algo que sabemos es mutuo, la magia se puede evaporar al pronunciar.
Él es todo lo que tengo, no veo a nadie más, le pertenezco, pero no me pertenece: tiene a otros. Sí, soledad me dicen a veces, cuando se cansan de llamarme con mi nombre. Una sola persona me conoce y ella sabe más de mí que cualquier otro, inclusive yo. No hay amor de la clase que te hace dibujar corazones por las paredes, ni mencionar su nombre a todos. No, nada de eso. Es más bien algo que cualquiera puede percibir, hasta en la forma de mirar.
Desde andenes enfrentados nos miramos, hasta que el tren llega, ¡Tiempo récord ésta vez! Nunca viene más rápido que cuando tengo el placer de observarte, qué honor aquél.


No hay comentarios:

Publicar un comentario